Una profesora para celebrar la entrada de la primavera, salió de excursión al campo con sus alumnos de primaria y les dio una sola indicación:
-”Debéis encontrar algo relacionado con el amor”

Los niños empezaron a revolotear por los alrededores con cara de investigadores camuflados, mirándose los unos a los otros, copiando las ideas entre los pocos que ya se habían puesto en marcha para encontrar al amor. Después de 20 minutos, los niños empezaron a mostrar sus resultados:

-Piero, ¿qué nos has traído?- Dijo la profesora-.

-“Señorita yo he cogido una mariquita porque es bellissima y roja como el amor”.

-Laura, ¿a ti qué se te ha ocurrido coger para explicar el amor?

-Seño yo he traído la mitad de una castaña, la otra mitad me la he comido porque tenía un poco de hambre y la comida es amor ¿no? Al menos eso dice mi padre.

La profesora soltó una carcajada, le hizo mucha gracia las asociación de ideas de la pequeña.

-Y tú Iker, ¿Por qué no tienes nada? ¿ se te ha olvidado? -Le preguntó la profesora viendo la cara de extraño de sus pequeños compañeros.

-Señorita no sabía dónde encontrar al amor, pensé recopilar muchas cosas, pero al final decidí que coger cualquier ser vivo y apartarlo de su hábitat sería matarlo, y yo amo la naturaleza.

Así pues, Iker me enseñó que el amor no tiene edad y que hay tantos tipos de amor como personas, pero no todos los amores son igual de sanos. Yo quiero hombres como Iker, no quiero que sólo me quieran por mi apariencia de mariquita, o me coman como una castaña dejándome a medias ante el primer síntoma de hambre.Quiero que respeten los “espacios naturales” y que cuiden lo que tienen a su alrededor porque es así como florece el amor y aunque no te lo creas, es fácil reconocerlo, aceptarlo es lo complicado...