Existen varias películas bajo este mismo título, pero yo voy a inspirarme en aquella que fue rodada en los años 30 con los mejores actores de reparto de la época; y es que ya se sabe, lo clásico nunca muere.

Dicen que el ser humano está preparado para todo, pero yo discrepo. Hay algo a lo que el ser humano no ha llegado a acostumbrarse nunca, aunque a priori la especie haya evolucionado bastante.Cuando empezamos nuevos retos deportivos, nuevos trabajos, intentamos conquistar a una persona, ofrecemos regalos, etc hay un denominador común.Me explico con ejemplos.Si alguno de vosotros alguna vez ha participado en algún evento deportivo seguro que uno de sus primeros pensamientos ha sido: “ por favor que no llegue el último”.O si trabajáis bajo presión, o con objetivos, se os habrá pasado por la cabeza “ por favor que no sea el más flojo de la oficina”.O incluso en el mundo del coqueteo hemos pensado “ por favor, si no quiere estar conmigo, al menos que no se vaya con esa persona”. O algo tan banal como hacer un regalo, nos han podido aparecer ideas del tipo “ por favor que mi regalo no sea el más barato de todos”.
Nos tomamos la mayoría de las facetas de la vida como una competición, y así es difícil que nos relajemos y disfrutemos, o nos centremos en lo importante de las pequeñas cosas. Al ser humano le gusta ganar, pero hay una cosa que no soporta, y eso es perder. Podemos no ganar, pero no podemos permitirnos perder. Mientras este pensamiento tenga este valor en nosotros, veremos sólo una parte de la realidad. ¿ es más importante participar en un nuevo reto y disfrutar de él, o presionarte con no llegar el último? ¿es más importante fijarte en lo que hacen tus compañeros de trabajo, o centrarte en hacer bien tu trabajo? ¿es más importante con quién termina una persona que te gusta, o entender que no podemos gustar a todos? ¿ es más importante que nuestro regalo no sea el más barato, o regalar según nuestras posibilidades, gustos y cercanía con la persona a la que le ofrecemos nuestro detalle? Soy consciente de que vivimos en sociedad y tendemos a compararnos, pero ¿ es necesario hacerlo constantemente? ¿ El no perder supera a todo lo demás?Yo tengo mis respuestas claras, pero nunca me había parado a pensar que desde los años 30 hasta ahora hubiéramos progresado tan poco y nuestro enemigo público número uno estuviese en nuestras mentes y no en las pantallas.Pero ya se sabe, lo clásico nunca muere y a buen entendedor, pocas palabras bastan.