Dicen que cada cosa tiene su tiempo y su momento. Qué difícil es encontrar esos momentos para afrontar los sonidos negros. Esos sonidos negros que oímos de vez en cuando, pero que decidimos ignorar porque al principio sólo son molestos, después un poco dolorosos y al final, convives con ellos sólo porque te has habituado, sabiendo que tarde o temprano tendrás que poner fin a esa relación si quieres disfrutar de otro tipo de sonidos, porque ambos sabemos que la frase de “a quién le guste bien y a quién no también”ya está un poco desfasada.

¿Qué es un sonido negro te preguntarás? No me suena, pensarás... Espera, camina, habla con tu familia, trabaja en un ambiente hostil, estudia 8 horas al día, vive con lo justo, discute con tu pareja, habla de política, planea unas vacaciones con 7 personas, peléate con un desconocido, ...Y esos sonidos negros aparecerán por sí solos en forma de palabras, a veces verbalizadas y otras no, pero haciendo más daño del que pretendíamos antes de escucharlos. En cuestión de segundos, podrán destruir familias, relaciones laborales, parejas que aún no son estables, y días que podían haber sido normales, se convertirán en grises. Parece ser que todos tenemos sonidos negros, es ley de vida, forma parte del temperamento o de la educación (directa o indirecta), y se han ido implantado en nuestra personalidad durante años, así que será muy complicado dejar que se vayan. ¿Pero es imposible? Si sabes que algo te hace mal a tí y a la gente que te rodea, por qué no buscar ese momento para el cambio. No se hace en un día ni en dos, hay que entrenar toda la vida, pero la recompensa es infinita. Dice la gente que lo ha conseguido, que te vuelves más guapo, que sonríes más, que comprendes mejor, que aceptas que tu punto de vista no es el único, que haces planes que no creías que podías hacer y que hasta los disfrutas, que te conviertes en una persona más educada, que la gente cuenta contigo más porque se siente a gusto a tu lado, que metes menos la pata , que no sacas conclusiones negativas antes de hora, que descubres que pedir perdón no es perder sino ganar, y que seguramente conseguirás más propósitos de los que consigues cuando dejas que los sonidos negros se apoderen de tí.

Julio es un buen mes para pararse a pensar, se acercan vacaciones y nuevos sonidos de varios colores podrían esperarnos en los próximos meses, ¿dispuesto a resetear para escucharlos? ¿O prefieres seguir perdiéndotelos?